martes, 19 de marzo de 2013

La oración del alba

Una poesía de Dulce María Loynaz, poetisa cubana.


Señor:
Te pido ahora que me dejes
bajar de esta mi torre de marfil; de la altísima
torre a donde, sola y callada,
Sin volver la cabeza subí un día:
un día de esos en que siente uno
yo no sé qué nostalgia de alas...

Una fina
tristeza se me ahonda
despacio... la tristeza de las cimas.
Quiero bajar, Señor,
quiero bajar en paz.

Inclina
más mi frente –esta frente siempre alta...-

Suaviza
y distingue mis manos que, de tanto
no querer asir nada, están un poco rígidas...
Inclíname la frente alta y devuélvele
a tu tierra mi mirada perdida.
¡Ay!, miré demasiado las estrellas...
No hay que mirarlas tanto:

Con tus manos heridas
sosténme en la bajada un poco triste
y dime qué palabra se le dice a la hormiga,
a la yerba del campo, al que está triste,
al que tiene las manos manchadas...

La sencilla palabra, Dios mío...
Ayúdame a disimular esta repulsión instintiva
hacia las cosas feas y concédeme
la comprensión.
Yo quiero comprender...
¡Qué exquisita
gracia la de saber que todo está
bien! ... La de entender la armonía
de lo inarmonioso.
Yo quiero
comprender y amar
-¡quisiera besar la herida
de un leproso y que él no supiera nunca
cuánto el beso me costaría!...-
Dame la buena voluntad;
dame más suavidad para la vida...
yo no quiero que sepan que estoy triste,
yo quiero comprender y amar; yo quiero
que la palabra dura que alguien diga
no vaya a oscurecerme
la mirada limpia.
Dame, Señor, un buen olvido
para las pequeñas
injusticias de cada día;
dame que la mentira y la torpeza
no puedan ya quitarme la sonrisa.
Dame valiente el corazón, segura
la mano, el pie incansable y el amor...
¡Bien vendría
ahora un poco de serenidad
y otro poco de fe...! Me quedo tan sombría,
tan callada a veces...
Amanece en la vaga lejanía:
Bajaré de la torre de marfil,
y dejaré mi luna lila
y mi soledad y mi ensueño...
El polvo vuelve al polvo:
Me perderé un buen día
por los caminos de la tierra, y si un minuto
el desaliento me domina,
nadie vea mi desaliento
y todos vean mi sonrisa.
Y mi sonrisa sea fuente,
y flor, y ala, y venda... ¡Y sonrisa!...
¡Por los caminos de la tierra;
por los caminos de la tierra,
como san Francisco quería!

domingo, 28 de agosto de 2011

Carta de Tono a Miguel Mihura

QUERIDO Miguel:


Tengo entendido que dentro de unos días se decide tu candidatura para ocupar ese sillón de la Academia que, parece ser, no tiene a nadie que se le siente encima en este momento y me aterra la idea de que te cojan distraído y te lo adjudiquen. No porque tú no te merezcas ese sillón y hasta una "chaise-longue", sino porque te conozco como si te hubiera visto nacer y no entra en mi cabeza el que tú te levantes a una hora prudente y te vayas a la calle de Felipe IV y te sientes en un sillón a inventar palabras con la de ellas que hay en el diccionario que nadie usa para nada. Y si el sillón ese te lo mandaran a Fuenterrabía o a General Pardiñas por lo menos, la cosa sería llevadera; pero eso de que tú tengas que ir a la Academia... ¡Vamos, que no...


Yo, que, como sabes, te quiero bien, creo que tengo el deber de advertirte a tiempo del lío en que puedes meterte si no recapacitas a tiempo y, ¡hala!, te metes en la Academia a lo loco.


Para empezar tendrías que mandar hacerte un frac, cosa bastante difícil porque ya no se encuentra un sastre ni para un remedio y, si lo encuentras, no sabrá cómo se hacen los fraques, ni cuántos faldones hay que colgarle, ni hasta dónde tienen que llegar; ni sabrán, tampoco, cuántas mangas hay que ponerle ni en dónde hay que pegárselas. Necesitarás también comprarte una chistera y, como las chisteras ya no se llevan más que en esos países africanos en donde se comen a los exploradores, tendrás que hacer un viaje a esas tierras llenas de mosquitos gigantes, y de arañas gigantes y de pigmeos gigantes y en donde hay que ir montado en una jirafa o en un tigre. Y yo sé la que armas cada vez que tienes que ir a Fuenterrabía, que parece más bien que te vas al Congo. Pues no te digo nada si a la vuelta te coge un vendaval con la chistera puesta... Se me abren las carnes al pensarlo, como vulgarmente se dice con permiso de la Academia.


Por otra parte, ¿tú te imaginas lo que será ser académico? Yo no lo he sido nunca, pero me figuro que ya no podrá uno escribir como quiera; porque ahora, cuando se le antoja a uno describir a una señorita estupenda, por ejemplo, puede uno decir que está para parar un tren o que es la reoca, pero sabiendo uno que es académico y que hay que ponerlo debajo de la firma se sentirá como cohibido y acabará describiendo a un magistrado del Supremo. Claro es que, como a ti lo que te gusta es no dar ni golpe, puede que esto no sea ningún problema; pero, de todas maneras, el discurso de presentación no hay quién te lo quite.


¿Y si luego no te gusta el sillón que te corresponde? Porque tú, cuando vas a cenar a un restaurante tienes que probar todas las sillas del local antes de decidirte y comprobar que ninguna de ellas está situada en ningún lugar en donde pueda llegar la menor corriente de aire y que no tiene en el asiento ningún lavo.


Y, por si fuera poco, ¿sabes cuánto cobran los académicos por ir todos los jueves a la Academia? No lo vas a creer, pero tengo entendido que cobran doscientas pesetas por cada reunión. Mucho menos que una asistenta, y no sé si os darán merienda. Y, claro, ¿qué palabras se pueden inventar por doscientas pesetas?


Creo que también suelen dar otras doscientas pesetas para el transporte y que, teniendo coche como tú tienes, puedes ahorrarte ese dinero, pero también corres el peligro de que, mientras tú estas discutiendo sobre la inutilidad de la "hache", vaya un guardia de los de la libretita y te ponga una multa de esas de cinco mil pesetas y tengas a la salida que inventar un montón de palabrotas indignas de un académico de la Lengua.


Que no, Miguel, que no. Que si ahora te vas a poner a escribir como don Benito Pérez Galdós o como doña Emilia Pardo Bazán, no juego.


Recapacita, reflexiona, medita, cavila, repiensa, considera, concéntrate, ensimísmate, rómpete los cascos, devánate los sesos, tiéntate la ropa, entra en ti mismo y comprenderás que por ese camino no vas a ninguna parte, porque de pronto te da un aire y te quedas académico para toda la vida.

Con un abrazo,

TONO

(tomado de Tono, Antología)

miércoles, 24 de agosto de 2011

Yo no te pregunto adónde me llevas

Esta en cambio es de Carmen Conde...

Yo no te pregunto adónde me llevas.
Ni por qué.
Ni para qué.
¿Tú quieres caminar?, pues yo te sigo.

Llevo luceros, luceros, en la mano derecha. Y llevo estrellas,
estrellas, en la mano izquierda.
Dime, hombre de todas las noches de luna, ¿qué mano va a
besarme?

¿Por qué me has quitado tus manos, tanto y tan bien como
acariciaban mi frente?
Para que me quisieras otra vez, te regalaría un collar de
islas, un sistema nervioso de horizontes.
¡Me abriría, para ti, todas las mañanas en tus labios!

Yo soy más fuerte que tú, porque me apoyo en ti.

¡Asómate a mí, que soy una torre!
¡Asómate a mí: soy aquella palmera de tu huerto, que latía contigo!
¡Echa al aire mis campanas y mis palmas!
Yo soy tu panorama.

jueves, 10 de febrero de 2011

De amores y amoríos

Un buen comienzo con esta poesía de los hermanos Álvarez Quintero...

Era un jardín sonriente
era una tranquila fuente
de cristal
Era a su borde asomada
una rosa inmaculada
de un rosal
Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero
del vergel
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él
Pero a la fuente
un caballero llegó
y a la rosa dulcemente
de su tallo separó
y al notar el jardinero
que faltaba en el rosal
gritaba así, plañidero
receloso de su mal:
“Rosa, la más delicada
que por mi amor cultivada
siempre fue
Rosa, la más distinguida
la más fragante y florida
que fumigué
blanca estrella
que del cielo
envidiosa del suelo
resbaló
a quien una mariposa
de mancharla temerosa
no llegó
¿quién te quiere?
¿quién te ama con fe y con ternura igual?
¿quién te llevó de la rama
que no estás en el rosal?
¿Tú no sabes que es grosero el mundo,
que es mentidor el amor,
que no se aprecia en la vida
la pura miel escondida
en la flor?
¿bajo qué cielo caíste,
a quién tu tesoro diste
virginal,
y qué manos te deshojan?
¿qué aliento quema tus hojas,
infernal?
¿quién te ama con fe y con ternura igual?
¿quién te llevó de la rama
que no estás en el rosal?
¿Por qué te fuiste tan pura
de esta vida a la aventura
o al dolor?
¿Qué faltaba a tu capricho,
qué a tu deseo soñador?
En la fuente limpia y clara
espejo que te copiara
¿no te di?
Los pájaros escondidos
¿no cantaban en sus nidos
para ti?
¿Cuando era el aire de fuego
no refresqué con mi riego
tu calor?
¿No te dio mi trato amigo
en las heladas abrigo
protector?
¿Quién te cuida con esmero
como el viejo jardinero
te cuidó?
¿Quién por ti sólo suspira,
quién te quiere, quién te mira
como yo?
¿Quién para sí te reclama
te hará bien o te hará mal?
¿Quién te llevó de la rama
que no estás en el rosal?
Así un día y otro día
entre espinas y entre flores
el jardinero plañía
imaginando dolores
desde aquél en que a la fuente
un caballero llegó
y a la rosa dulcemente
de su tallo separó.

Un comienzo

La idea es solo "compartir" textos literarios que me gustan... y ya